Quiero empezar este blog con una frase de Maurice Herzog que siempre me ha marcado por lo bien que describe el acercamiento de los escaladores a la montaña. Es el final del libro de “Anapurna primer ochomil”, la primera montaña de ochomil metros que alcanzaron los franceses en una vieja lucha por los países más desarrollados en mostrar su supremacía a través de la aventura. Llegar a las cimas de las montañas más altas del planeta representaba estar en la brecha de la aventura y por ende en la cúspide del mundo. Años antes Hitler quiso demostrar lo mismo con la supremacía aria tratando de escalar el Eiger en los Alpes y el Nanga Parbat en el Himalaya pero esto es otra historia para otro día. La frase la escribió Maurice en 1952 a su vuelta de la expedición en el hospital y sin dedos de las manos pues se lo habían ampuntado todos debido a las congelaciones. Los alpinistas como siempre no buscaban el interés de los políticos aunque posteriormente Maurice se haría ministro de deportes. Su frase dice así:
” Inmóvil en la camilla, meditaba en nuestra aventura que estaba a punto de acabar y en nuestra inesperada victoria. Se habla siempre del ideal como de una meta a la que se tiende sin alcanzarla jamás. Para cada uno de nosotros el Annapurna representa un ideal hecho realidad. Para nosotros la montaña ha sido siempre un campo de acción natural, donde, en la frontera entre la vida y la muerte, encontrábamos esa libertad que andábamos buscando a tientas y que necesitábamos como el pan. Las montañas nos han obsequiado con su belleza, y nosotros las hemos amado con la ingenuidad propia de un niño y reverenciado con la veneración que un monje siente por lo divino. Ese Annapurna, al que nos habíamos dirigido con las manos vacías, es un tesoro del que habremos de vivir el resto de nuestros días. Conscientes de esto, volvemos una página de nuestra existencia: una nueva vida comienza. En la vida de los hombres hay otros Annapurnas”.

11 respuestas a «Anidando sueños»
Bienvenido Carlos. Ya te he visto en el trailer de la película The Asgard Project. Impresiona mucho el tapiote ese. La primera en libre del Asgard ¿ha sido forzando una antigua vía o abriendo?
Impresiona el aislamiento y el momento de saltar de la cima sabiendo que no te puede pasar nada. Un abrazo Tino.
En la vida de todos hay siempre otros Annapurnas. Lo complicado es reconocerlos y a veces aceptarlo se hace duro.
Bienvenido al mundo de los blogs. Te iremos siguiendo.
Como que no te vi en la charla de Doug Scott? Un saludo.
Gracias por compartir con los demás las inquietudes que te llevan a seguir buscando nuevos modos de acercarte a la montaña.
Leeré tu blog buscando un poco de motivación ya que has demostrado y demuestras que a tí te sobra a raudales.
Y asi seguiremos mientras se pueda. Gracias.
hay muchos annapurnas, muchos sueños por los que luchamos, pero no tenemos que olvidarnos de disfrutar de ese camino para alcanzar el sueño, ese es nuestro objetivo. uxue
Toda la razón!! Un fuerte abrazo.
Muy bueno el blog machine. cada dia nos sorprendes mas con las cosas que haces un abrazo
Muy buen blog Carlos, tuve la ocasión de conocerte en el Aconcagua, bajamos juntos desde la cumbre, después de un intento tuyo al Torre. Las cosas que me contaste me sirvieron mucho para la montaña.
Muchas gracias y saludos!
Si me acuerdo Marcos y eso que fue un viaje duro de muchos fracasos patagónicos!!
Un saludo.