Acabo de llegar de Jaen. He estado varios dias escalando y disfrutando del sol y la alegria sureña.
Y por fin me he decidido a escribir.
Llevo varios meses en silencio. Mi disco duro no me mandaba ni una sola palabra que comunicar, y no lo quise forzar, pues lo que hago por la fuerza casi siempre me sale torcido. Posiblemente necesitaba este silencio, alejarme de vosotros, lectores, y reflexionar. Necesitaba no decir nada y darme tiempo a echar de menos esta comunicacion unidireccional que aporta utilidad a mis vida cotidiana.
Noto que fluyen las ganas, pero como si hubiera estado en un largo ayuno, comenzaré con prudencia, no vaya a ser que nos empachemos.
…pronto continuaré…