Estoy en El Chalten y acabo de volver del monte. He pasado en buena compañía dos semanas y media durante las cuales he visto lugares que ni imaginaba que existían a tan poca distancia de la civilización. La perfección hecha montaña y espacio se encuentra en el hielo continental sur.
Al norte, un recuerdo del Baltoro, con inmensas agujas rocosas, y al sur, imágenes de los grandes glaciares Alaskeños, con enormes superficies heladas y montañas de merengue, y un punto central que atrae a los alpinistas desde que se le conoce: El Cerro Torre acompañado de media docena de agujas imponentes e inaccesibles que forman el circo de los Altares.