Darío Rodríguez

Una posibilidad diabólica en las cámaras fotográficas: disparar sin tarjeta de memoría

Recuerdo en la era digital el cuidado que había que poner al cargar la película para asegurarse de que estaba correctamente fijada y avanzaba perfectamente. Los que venís de aquella época os acordareis: cargabas la película y girabas la palanca de avance asegurándote de que giraba también el tambor donde estaba la película que acababas de introducir, lo que te indicaba que la habías cargado correctamente. Si no lo hacías así podía ocurrir que hubieras cargado mal la película, esta no avanzara y te llevaras una desagradable sorpresa al revelarla: habías disparado sin película. No habías hecho fotos. En la era analógica, cuando no veías el resultado de tu trabajo hasta que no tenías la película revelada, días después de haber hecho las fotos, aquella posibilidad era realmente frustrante y era uno de los temas que más cuidabas mientras tomabas fotos: que la película avanzara correctamente. Dependiendo del modelo de cámara no era fácil visualizarlo.

Esta etapa parecía superada con la llegada de las cámaras digitales pero los ingenieros han dejado en muchas cámaras digitales la opción DEMO. Una posibilidad diabólica que os aconsejo desactivar inmediatamente pues permite tomar fotos ¡sin tarjeta! Y lo que es peor: las fotos –después de tomarlas y antes de que desaparezcan- puedes (en algunos modelos) ¡visualizarlas en la pantalla!

Esta opción DEMO es muy “peligrosa” pues hace que no seas consciente de que estás tomando fotos sin tarjeta. Todo es normal: haces la foto, la visualizas para ver si es correcta y sigues trabajando… Lo último que piensas es que lo siguiente que hará esa imagen fantástica que acabas de visualizar es desaparecer del mundo real.

Personalmente me ha hecho perder algunas buenas fotos. …

Por suerte esta diabólica posibilidad de disparar sin tarjeta, que suele venir predeterminada de fábrica, se puede eliminar. Es una de las primeras funciones que os aconsejo configurar nada más comprar una nueva cámara de fotos.

Aquí explico, a los poseedores de la Nikon D3 y Nikon D3s, cómo hacerlo. No es fácil llegar al menú y, al menos a mí, después de intentarlo en numerosas ocasiones moviéndome de forma intuitiva por las pantallas, he tenido que recurrir al manual. En el de la D3S en la página 324 se indica como cambiar la configuración: F10, Menú configuración personalizada. En vez de Activar Disparador configurarlo en Desactivar Disparador,  así anulas esta maldita opción predeterminada Demo.



1 comentario en «Una posibilidad diabólica en las cámaras fotográficas: disparar sin tarjeta de memoría»

  1. Gracias Darío por tus consejos sobre las máquinas digitales, pero qué tal si hablamos de otras máquinas de fotografiar, por ejemplo, de aquellos “patatos” de los años 50, y en concreto de una, la que llevaban Herzog y Lachenal en su ascensión al Annapurna y que, según cuenta el propio Maurice Herzog en la entrevista que tú y Sebas Álvaro le haceis para DESNIVEL, aparecida este mes de enero, cuando le preguntais si ¿no se hicieron más fotografías en la cumbre?, y él responde: “esas fotos se perdieron, probablemente, en la tormenta que vino después”.
    ¡Ostia Darío, no me jodas que tú, con el olfato que tienes, no te mosqueaste ya con esa “explicación”!
    Y luego, al mencionarle el debate existente en Francia sobre los escritos de Lachenal que cuestionarían la ascensión a la cima, salta la secretaria o lo que sea, la Catherine esa y larga el típico discurso de “no vamos a entrar en el debate, no vamos a molestar a Maurice…”
    A mi me da mala espina, y seguro que a tí tambien esa actitud de no querer debatir, de no querer discutir, y luego va el tipo y se asciende a “coronel” de un autentico regimiento, nada menos que 250 milicianos, de la Resistencia francesa durante la 2ª Guerra Mundial.
    El careto que pone Sebas en la foto, (lo conozco desde hace casi 40 años), mientras Herzog exhibe victorioso sus muñones, ya lo dice todo.
    Venga Darío, ahora no puedes dejarnos así a tus seguidores en DESNIVEL, ¿Qué sabes tú de esos diarios de Louis Lachenal?

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