Conocí a Álex Txicon en el campo base del K2 en el verano del 2004. Tenía 22 años y formaba equipo con Iñaki Ochoa. El año anterior habían coincidido en la cima del Broad Peak. Ahora era el momento del K2 por la Ruta vasca (Cesen). Mientras casi todas las expediciones, incluido su compañero, aseguraban la cima por un concurrido Espolón de los Abruzzos, Álex se mantenía fiel al espíritu inicial de la expedición y cosechaba un fracaso. Su idealismo juvenil le había hecho regresar con las manos ¿vacías?
Álex regresó al Himalaya una y otra vez hasta conseguir ocho ochomiles, viajó a muchas montañas con Al filo de lo imposible, recorrió Asia en moto, acompañó a Edurne Pasaban en sus últimos ochomiles… A la vez es un apasionado de los herri kirolak (los deportes rurales vascos), especialmente como aizkolari (cortador de troncos). Y tiene una pequeña empresa de construcción que da trabajo a seis personas. De dónde saca energía y tiempo para combinar actividades tan distintas es algo que impresiona.
Es el menor de trece hermanos. Su padre, al que estaba muy unido, falleció a menos de un mes de que partiera a intentar el G1 en invierno. También se rompió un dedo poco antes de marchar (le duele pero esto no le impide seguir escalando). No tiene patrocinador. Y ha tenido que dejar su pequeña empresa con el trabajo y economía organizados, en una época difícil, para afrontar el tiempo que estará de expedición. Por ir al G1 en invierno ha renunciado a ir con Edurne Pasaban al Everest.
Tiene claro que quiere seguir su camino. Afronta un reto innovador, importante, como es abrir una nueva ruta en invierno en un ochomil, formando parte de un pequeño equipo internacional de tres personas. Y aún tiene energía para filmar, montar, y enviar imágenes y vídeos. En casa, su novia (Leire) se ocupa de actualizar el blog y enviar los comunicados de prensa. Así de mínima es la estructura de este proyecto alpinístico comprometido e innovador.
En nuestra sociedad solo se contempla el éxito. En alpinismo éste consiste en alcanzar la cima de la montaña. El juego es ese, pero hay casos, como el de Álex, en que la cima comienza a ser algo secundario … ¡Tan grandes son los retos que en solitario y sin recursos se han ido superando! Perdura el trabajo bien hecho. Vivir los sueños, no perseguirlos. Afrontar la revolución que debe vivir cada generación. Es lo que está haciendo Álex.
Darío Rodríguez
(Publicada en el número 297 revista Desnivel -Marzo 2011- )
Aupa:
Buen reportaje, Alex es un crak de los que se deberia haber estado hablando antes, a gente asi es la que hay que seguir.
por cierto, avisaros de una pequeña errata. Txikon se escribe con K, ya que en euskera no esiste la “C”.
Sin más un saludo y seguir asi.
ESTE TIO ES UNA MAKINA EN TODOS LOS SENTIDOS.
ANIMO ALEX SEGURO QUE LO CONSEGUIS