Vaya colección de fotografías nos ha enviado Robert Bösch para el artículo que publicamos en este número. Qué difícil nos ha resultado elegir los descartes y cuántas discusiones han provocado este mes en la Redacción. Tanto es así que para decidir la portada, temiendo llegar ya a un enfrentamiento físico inevitable, acordamos que fueran los lectores quienes la eligieran a través de un referéndum vinculante –otras veces lo hemos hecho consultivo– en nuestras redes sociales. Hemos de decir que la votación final no satisfizo del todo a nadie aquí, pero es lo que tiene la democracia…, y además nos ahorramos las balas. En cualquier caso, es una portada extraordinaria. Bösch no solo ha compartido su magistral trabajo fotográfico, también, a través de la entrevista que lo acompaña, nos deja algunos pensamientos inquietantes. Especialmente este que reproducimos a continuación: “Si vives una aventura al límite seguro que no vas a conseguir buenas fotos (…). Cuando vuelves de una expedición con imágenes magníficas eso quiere decir que la actividad no era para tanto”… Uf, pelea aquí otra vez… Lo dice Robert Bösch, si no el mejor, uno de los grandes fotógrafos de montaña, alpinismo y escalada de todos los tiempos. ¿Qué pensáis sobre esto?: “¿Has traído buenas fotos de tu expedición? ¿Sí? Pues, chaval, vuelve y esfuérzate la próxima vez”. Muy duro. Y entonces comenzamos a recordar, y sin tardar mucho ni irnos muy lejos en el tiempo, empiezan a salir grandes excepciones: el trabajo de Cory Richard en el G2 invernal, el de Alastair Lee en el antártico Ulvetanna, la última de los eslovenos en el Haghsu (Himalaya indio)… Hombre, Robert, no está bien generalizar.
Nuestras disculpas
“Fabricantes y distribuidoras de material, rocódromos, hosteleros dependientes del motor turístico de la escalada… siguen sin hacer nada”. Este párrafo, que aparecía en el editorial de nuestro número de diciembre y que trataba sobre la proliferación de prohibiciones de escalada, ha levantado algunas ampollas y ha sido la causa de que nos hayan caído por varios sitios. Pedimos disculpas por ello. Nos vemos en la obligación de decir que sí hay rocódromos implicados y concienciados, fabricantes sensibles con el problema e incluso hosteleros que defienden las zonas de escalada y han costeado equipamientos. Son pocos, pero los hay y es justo rectificar aquí y ahora. ¿Veis?, os lo habíamos dicho: generalizar está FEO. // JM V-G