DESDE siempre, montañeros, alpinistas, escaladores… han sido los máximos defensores de los espacios naturales. Precisamente porque estos espacios suponen mucho más que un simple espacio deportivo. La montaña, la naturaleza, es un lugar “sagrado” que queremos conservar lo más virgen posible pues a través de él vivimos unas experiencias y adquirimos unos valores no exclusivamente deportivos que no tienen sentido fuera de ellos, y también hacemos realidad nuestro estilo de vida.
Desde el norte
TRES días consecutivos de mayo, tres personajes y tres historias confluyen en un mismo lugar. La casualidad –o no, quién sabe– ha querido que la …