ENCARGAS un pequeño artículo de 1.200 palabras, reservas tres páginas de la revista y, dos días después de la fecha de cierre, llega a la redacción el texto del Quijote y una nota: “Aquí está. Perdonad, sé que me pedisteis 12.000 palabras, pero es que me han salido 15.000”… Fantástico. Ponerle límites a Álex Txikon…