Avanzábamos por la calle a paso rápido, estábamos nerviosos, nos había dicho un amigo que allí estaba, al sol…tomando un café, por fin entramos al pueblo. La distancia entre el camping y la plaza de la La Palud, no es mucha. Al entrar en la Plaza, allí estaba, solo, como le veíamos escalando en sus películas, con gafas de sol y leyendo el periódico, tomando un café tranquilamente, sí, era Patrick Edlinger en persona. Decididamente, verle escalar en el Verdón, era como buscar una aguja en un pajar, la zona era enorme y por lo que nos dijeron, madrugaba bastante para escalar, cosa que nosotros con 18 años, no hacíamos, por más que nos afanábamos en buscar su furgoneta o su coche, en los muchos aparcamientos a lo largo de la pared, ese verano no le vimos escalar. Para verle escalar en directo , tuve que esperar unos años y por supuesto no me defraudó.
Lo que significaba o ha significado, Patrick Edlinger para una generación de escaladores, es difícil explicar, para nosotros era como Dios. Hay que tener en cuenta, que hace años la fuente de información se resumía, a la revista Desnivel sobre todo, o las más minoritarias Extrem, Alta ruta o Pirenaica. O a las revistas extranjeras, que los de Madrid, comprábamos en La Tienda Verde, El Mountain, el Alpinisme et randonne, el Mountain Magazine y posteriormente Vertical. No tecleabas, y tenías delante de tu nariz, en la pantalla, la cantidad ingente de información que ahora tenemos. Aún recuerdo, en una de las primeras ediciones de la competición de Bardonecchia, como en un artículo de la revista Alpinisme et randonne, en la que a doble pagina se veía a Edlinger, superando un techo en el que la parte inferior no estaba a 90º, se veía superándolo subiendo el pie prácticamente a la altura de la cabeza para apoyarlo en la roca, al lado se veía fotografiados en el mismo paso, a tres escaladores muy famosos de la época, ¡apoyando la rodilla!
La primera vez que vi una de sus películas, fue en unas jornadas sobre montaña, que organizaba El Cañedo, el dueño de la tienda Deportes La Montaña, tienda que estaba cerca de Diego de León, y que organizaba anualmente un ciclo de cine y conferencias de montaña. Las películas de Edlinger, nos las pasábamos en copias malísimas de video, una calidad más que pésima, pero las veíamos una y otra vez. daba igual, allí estaba él en una travesía encima del Mediterráneo con música de los Kraftwerk.
Después de ver, leer y releer el libro Escaladas en Yosemite, de George Meyers, que mostraba la escalada libre en los 70, en EEUU, el camino fue el libro Grimpeur! De Edlinger, con el cual, aprendimos el entrenamiento y su filosofía y una manera deportiva de entender la escalda, un libro que aún hoy sigue estando plenamente vigente..
La última vez que le vi escalar fue en la competición de Mont Blanc-La Riba, y comentándolo con otro amigo, Javi, el Conán, alucinábamos con su manera y estilo de escalar, así como las bromas de verle en directo escalando.
Solo decir que se ha ido un grande, un escalador irrepetible que rompió moldes, y que sin el, no se puede entender la escalada hoy en día, pero sobre todo, no se puede entender la pasión y el fanatismo de subirse por las rocas, en Francia, su país, o en cualquier lugar del Mundo.
Patrick no te olvidaremos.
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