Las sondas habían tocado algo, que podría ser la persona que buscábamos. Las sondas se introducen hasta que tocan fondo, a veces, en algún lugar las sacábamos manchadas de tierra húmeda, otras veces, las introduces toda su longitud hasta tocar con tus manos la nieve, y no han tocado fondo. En ocasiones se encuentran víctimas de aludes a bastantes metros por debajo de la superficie. Sin embargo, tocábamos algo, que parecía, ropa, una mochila, o algo similar, blando y que te rebota ligeramente hacia afuera la sonda.
De inmediato, sacamos las palas y nos pusimos a palear rápidamente, lo que nos hizo sudar, echábamos la nieve ladera abajo hasta que apareció. Tristemente se confirmó, ahí estaba, una de las manos hacía arriba, con su piolet, sujeto por la dragonera, perfectamente equipado, con crampones, ropa de abrigo, mochila puesta. Transversal a la pendiente, semisentado…
A partir de ese momento todo se precipitó, la recogida, los viajes que dio nuestro helicóptero para sacar a la gente allí. Aunque parte del grupo decidió bajar andando dando un paseo, tal vez para liberar la tensión de todo el día y bajar reflexionando de la montaña. Por fin, y a pesar de la mala cobertura, el CECOP nos daba autorización, por medio del Juez de guardia, que podíamos bajar el cuerpo, hasta el aparcamiento de los Cotos.
Fotos del alud donde encontramos a la víctima.
Después del primer reconocimiento con ARVA, y las sondas preparadas, ya se unieron algunos miembros de Cruz Roja a la búsqueda.
Detalle de aludes de placa, de esa semana en Dos Hermanas (Peñalara)
A esas horas del día, la familia estaba asistida por Psicólogos de Cruz Roja, era cuestión de tiempo confirmar, lo temido. Esperaban en la Casa del Parque de la Cumbre, Circo y lagunas del Peñalara. Con la evacuación al aparcamiento del Puerto de los Cotos, terminaba un largo día.