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LA MITRA. Ibamos a hacer una clásica y la hemos hecho.

Hace unos días iba hacia Huesca a juntarme con Cecilia y Juan para ir a

Riglos a una de las clásicas más antiguas, que no han hecho, la Pany-Haus

al Pisón. En su primera época denominada por algunos cómo “directa” o

“directísima”.   Seguramente la via más repetida en los años cincuenta,

sesenta, setenta y quizás algunos más.   Pero a una indicación de Cecilia,

hay cambio de planes.  ¿ Nos vámos a Vadiello ?  -Bien.  ¿ A la Mitra por

delante ?  –  Pues bueno.

Entonces aquí estamos, despues de aparcar el coche, cruzando el último

tunel a pie, justo hasta su desembocadura y a la derecha empieza la vía

llamada Carmen ( el zócalo por el que ahora, se llega a las directas).

 salida del tunel

 la Patata

  juan en acción

 pantano de vadiello

  fin de carretera

 juan

 segunda tirada

Nos encaramamos facil los primeros metros y nos colocamos encima del

agua del pantano, luego algún murillo con piedra de rio, ramas, chorreras

y algún bosquecillo, para rematar con una tirada fina con presas minúscu-

las, que a veces se ameniza con una chorrera justo por donde se escala.

Unos pasos por bosque y llegas a un lomo ya despejado y en unos ciento

cincuenta metros andando llegas a pared vertical, donde comienza la

segunda de las directas.

 saliendo del bosque

 de donde dicen que venimos?

 comienzo del lomo

 puro de vadiello

Curiosa forma de llamar a estas vias. Ambas entran estilo jabalí desde el

collado de la Patata, al norte. La segunda (Mairal, Roy, Arnal, 1981) hasta

el lomo, este. Y la primera ( Anglada, Guillamón, Verges, 1962) hasta el

bosque de árboles grandes, sur, por una cornisa cincuenta y cinco metros

sobre el lomo. Ahora sí directos hasta la ventana pasándola por el oeste de

la “berruga” a la norte y llegando a la cima por el este, haciendo un

auténtico sacacorchos.

Brava escalada a pesar de que esta asegurada.  Asegurada por clavos,

paraboles y tornillos a los que a algunos se les ve la rosca. Bella escalada

y bella aguja, de lo más airoso que he visto en monolito, a pesar de que en

muchos pasajes parece un rio puesto de pie.

 cecilia despues del lomo

 desde el lomo

 en el muro

 en el muro

 travesia y reunion

 reunión

 reunión

 comienzo de tirada

 atacando el "garbancillo"

 en lo mismo

 arena de rio

 mas de lo mismo

 llegada al  bosque

Volviendo al lomo, en tres tiradas cortas de roca mediocre y pasando del

este al sur se llega a un bosque de grandes árboles con una sombra de

agradecer y una vista del Puro de Vadiello extraordinaria.

 parlamento en el bosque

 por los grandes árboles

 entrando en roca

 puro y mallo san jorge

 pantano

 sobre el pantano

 arena de otra playa

 saliendo de reunión

 

 

 los gatos no aullan

 

 

 estrecheces

 

 el paso

 apretando

 apreturas

 respiro en la fisura

 cecilia

 chimenea hacia la plataforma

 chimenea con patio

Trepando por uno de los árboles unos metros, te metes en la pared, ahora sí

directo por una sucesión de diedros y chimeneas, a veces casi fisuras, por

las que hay que arrastrarse, frotarse y trabajar, ganándoles el terreno

palmo a palmo.

 juan en la olla

 buscando

 camino de la ventana

 

 

  hacia la ventana

 

Para llegar a la ventana, una gran ventana preciosa, sorprendente e

inesperada si no sabes que es así.

 apreturas de nuevo

 saliendo de la ventana

Medio taponada por un amontonamiento de bloques, cuyas hermosas caras

semejan un cocido de judias y patatas a las que les faltara la olla, si no fuera

porque despues de verlas hay que subirlas.

 reunión en cara norte

 hacia el norte

Ya estamos en la cara norte y no resta más que otra fisura-chimenea, que se

va humanizando conforme avanzamos hacia la antecima. La roca variada,

ora terrosa ora granulosa, adornada con presas de “garbancillo”, te

entretienen la jornada, osea que no te aburres.

 reunión al norte

 cecilia al loro

 cecilia

 poquito de viento

  despues del desplome

 chimenea

 el patio

 cecilia en la chimenea

 últimas apreturas

Una tirada corta y ya estamos en la cima. Es una auténtica atalaya, mirar

desde aquí una gozada, pero no puedo mostrar  ni una foto porque acaba

de agotarse la pila.

 a la cima

 desde el cable

  mitra por delante

Comenzamos a rapelar y como si con la escalada no fuera suficiente, a            

nosotros no se nos acaban hoy las emociones.    Al llegar al bosquecillo,

recuperando el rapel, la punta de la cuerda se abraza a las ramas altas del

arbol más alto, – bien- después de varios intentos y fuertes tirones,

certificamos que la cuerda no se va a mover de ahí. Habrá que subir, lo 

hace Cecilia en estilo Tarzan, primero por las ramas y luego por el propio

tronco que cada vez se inclina más, poniendo cintas expres en el

cimbreante tronco, logrando liberar la cuerda despues de muchos

esfuerzos.  Hemos perdido tiempo.  Seguimos con el rapel que nos dejará en

el “lomo”, caen cuatro gotas, ¡ bah! no será nada, todo el dia ha estado

cubierto y hasta ahora nos hemos librado.  Bajo el último después de

comprobar que las cuerdas corren.  Al llegar al “lomo” las cosas cambian,

las cuerdas no se mueven ni un milímetro – estupendo – las gotas que caen

ya son ocho o dieciseis, Juan toma la iniciativa y después de varios

intentos, recorrerse el lomo, tirarse colgado del arnes, la cuerda se mueve

tímidamente unos centimetros, luego unos palmos y finalmente metro a

metro, logra recuperar.     Hemos perdido bastante tiempo.   Llueve.    La

tarde se hace más tarde porque los nubarrones negros ya no dejan pasar

mucha luz.      Instantes antes de que las cuerdas se muevan, me

relampaguea en la mente, la posibilidad de pasar un vivac y bien mojados.

Pero las cuerdas han movido y estamos bajando por el lomo, en dirección

a los bosquecillos.   La lluvia ya es una tormenta en regla, no se vé nada y

cuesta encontrar el rapel, no llevamos linterna (para qué la queremos…).

No vemos nada y las maniobras se hacen más lentas. Rapelamos y

encontramos una panza acuevada, donde nos refugiamos mas de una hora,

entre esperar que pase y preparar un apaño de rapel entre dos arbustos

unidos por todos los cordinos que nos quedan.   No para.  Hacemos un

corto rapel y encontramos una reunión tambien con cueva y desde la que

ya, con un último rapel tocamos suelo, justo en la boca del tunel.   Son

las doce y cuarto de la noche.   No hace falta irse muy lejos, ni hacerlo muy

rebuscado para sentir emociones.

AVISO: En Vadiello no hay cobertura de movil.   Por lo tanto hasta las doce

y media de la noche y saliendo de la última curva no pude avisar a casa de

que ya estaba camino de Zaragoza.

2 respuestas a «LA MITRA. Ibamos a hacer una clásica y la hemos hecho.»

Vaya emociones!
En Huesca esa tormenta ya asustaba desde el balcón. No me quiero imaginar lo que debió de ser sufrirla en la pared en vivo y en directo.
Saludos.

Un saludo desde Patagonia…Cuando vuelva la liamos otra vez…Pero en algun lugar donde haya cobertura, je, je…
Un abrazo.

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