TORNILLO de la Virgen del Mallo.
Así se llama el mallo, ósea así lo bautizaron cuando lo subieron por primera vez, Rabadá, M. Bescós, Montaner. 1952. vía normal.
Y le pusieron ese nombre tan largo, en honor o a petición de una cordada anterior que había intentado
subirlo sin éxito porque el primero de cuerda se dio un tremendo talegazo. Y aunque la caída fue muy
fuerte tuvo la fortuna de dar entre las ramas de unos fornidos árboles. Como era el día de la Virgen creo,
se le atribuyó a ella el milagro de que no le pasara nada.
Estaba cabilando que también podía ser milagroso, el que yo pudiera volver a salir algún día, dado la
catarata de obstáculos que se me habían aparecido.
Por una u otra causa llevaba mucho tiempo sin salir, quizás un año, bueno, dos trepadas o tres,
distanciadas cuatro o cinco meses entre cada una de ellas. La no coincidencia con los compañeros,
ese dolorcillo provocado por las vértebras del cuello, asuntos personales, trabajo, obligaciones….
me hicieron llegar a un estado físico lamentable. Porque claro, coger un pincel y levantarlo a la altura
de la cara, no es la forma más idónea de entrenarse para escalar.
Salí del impasse en una de las abundantes conversaciones que suelo mantener con Alex Puyó,
escalador que por si fuera poco, además se dedica a recoger historias de hace cincuenta años y
verterlas en su página A0 A vista. Publica cosas actuales pero también le gusta bucear en la época
y alrededores de Rabadá-Navarro.
En una de esas salió el tema de escalar juntos y después de hacer el Pisón por la Pany, lo invité a ir
al Espolón Sol y Sombra, aceptó diciéndome que nunca había estado en el Tornillo. Así que fuimos
cuatro meses después de subir al Pisón, osea que yo seguía con mi pertinaz desentrenamiento,
ronroneando que si no sé si podré subir, que si la fatiga… Pero todo salió a pedir de boca, subí el
espolón otra vez y Alex hizo el Tornillo. No pensar que ya estoy en forma, aunque bajamos bien y
fuimos a comer a la chopera donde se celebraba la reunión anual de la E.V.A. y llegué a casa entero.
Desde el lunes hasta el jueves lo único que no me dolió de todo el cuerpo, fueron el pelo y las uñas.
Estoy “magullao”.
Nota-aviso. Fernando Orús cuando hizo la vía, me preguntó socarrón. Oye, pero el sol en esa vía
¿cuando está? Tenía razón, el sol no da hasta la una de la tarde. Si llegas antes a la cima toda la vía
está en sombra.Norte. Hace fresquito y si corre el aire, incluso hace frío, en contraposición con
Pisón Sur – Visera que en los mismos días son un cocedero. Esto les ha pasado a todas las cordadas que
la han hecho, una vez equipada. Pero cuando Jesús y yo íbamos abriendo vía hubo un par de días entre
las dos y las seis de la tarde que casi se nos funden los plomos de tanto calor. Y a partir de las dos la
vía va por donde el sol y la sombra parten el mallo. Orús y Goyo Martinez en la tercera ascensión fueron
lógicamente con ropa de verano y ese día se “quemaron” de frío.
3 respuestas a «IVª Escalada al Espolón Sol y Sombra.»
¡Vaya lujazo de blog el tuyo, Gregorio…! Y, encima, ahora te nos presentas “haciendo pareja” con Álex, otro lujazo más… Un saludote cordial para ambos…
Gracias de los dos, Alberto. Saludos.
Un enorme placer haber compartido la escalada contigo.
Abrazos!