Lara Magdaleno Huertas

Sat y la Montaña maravillosa (cuento ligero)

Sat se encuentra de expedición alpina para subir una montaña. Desde hace unos días no hace más que subir y bajar, bajar y subir, para poder aclimatar.

Un día, bajo un serac, se sienta a descansar un rato y a su lado algo brillante llama su atención. Parece un mosquetón enterrado en la nieve así que intenta escarbar para recuperarlo. De tanto frotar y remover, del mosquetón en cuestión sale un humo azulado que deja a Sat alelado. Se sacude el letargo alpino pero sigue igualmente helado.

Ante él, una figura que dice ser un genio se presenta y le expone su suerte invernal: puede pedir tres deseos a cual más colosal.

-¡Ah, se me la historia!- dice Sat extasiado – Al tercero te he de liberar. He aquí el primero de mis deseos: quiero una ventana de buen tiempo para asegurarme la cumbre sin la presión del monzón.

-¿Con sol?

-Por supuesto

-¿Sin viento?

-Ni se pregunta

De inmediato el sol se pone a brillar en el cielo y el genio apremia

-Date prisa canelo, que se deshiela la montaña y yo con la de la guadaña ni enfrentarme ni interferir quiero.

-El segundo aquí lo tengo: subir al techo del mundo.

-Sin problema Saturnino, mi objetivo es el cliente satisfecho. ¿Tienes ya pensado el tercero?

-Ya te lo dije, mosquetón, pido tu liberación.

-¿Estás seguro? Mira que yo soy siervo de una montaña. Mi emancipación es también para mi dueña.

-Sea- responde Sat sin dudarlo.

Con un rugido infernal el 8000 se estiró, los 10.000 metros alcanzó y allí vive tan tranquilo en un retiro buscado empachado de tanto alpinismo.



9 comentarios en «Sat y la Montaña maravillosa (cuento ligero)»

  1. ¡Genial, Lara! Me ha hecho recordar aquello de “hay más lágrimas derramadas por las plegarias atendidas que por las no atendidas”. Y a su vez, de nuevo reflexionar por el trato que damos a la naturaleza… ¡Gracias por seguir escribiendo!

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  2. Cómo no crecer hasta los 10000, o más, para recuperar de nuevo la conquista de lo que parece inalcanzable, sintiendo gratitud y humildad por poder tenerlo bajo nuestros pies de manera efímera. Que gran favor nos hace a todos con ese tercer deseo!.

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  3. La genia del mosquetón era tú Lara…nos haces viajar, soñar, reír y disfrutar visualizando esos paisajes de frío hielo y altitud que nos llenan de calor y paz interior!! Gracias.

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  4. ¡¡Pobre Saturnino!! Me recuerda a esas personas que se van a una casa rural y se quejan de que el gallo les despierta y de que huele mal porque están muy cerca del ganado😒. ¡¡¡ Liberemos al genio de la montaña!!! y que los domingueros se queden en su casa…. 🙈😅

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