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AURORA BOREAL, UN SUEÑO CUMPLIDO

Las últimas semanas han sido intensas y apenas he tenido tiempo de hacer nada que no sea visitar el Circo de Gredos una y otra vez para trabajar y escalar todo lo que he podido. He tenido la suerte de repetir vías míticas que llevaban unos ocho años sin repetirse como la Norte directa del Casquerazo junto a Carlos y Carmen y he abierto otras en esta pared como; Corazón alpino, M5+, junto a Oscar Morales. Sin embargo, había una linea que desde hace años ocupaba un lugar privilegiado en mis sueños. Todos los escaladores más experiemntados y reputados de la zona centro me hablaban de Aurora Boreal como una de las mejores vías que habían escalado. Cuando la describían todos coincidian en destacar la calidad de sus largos y, sobre todo, su alto grado de exposición y compromiso.

DSC04624-bajaEl fin de semana pasado, como siempre, el Circo no ha dejado de sorprendernos, el viernes aludes inmensos que levantaron la cubierta helada de la laguna, el sábado lluvía y viento huracanado, el domingo frío y nieve durísima…Durante estos días estuve en el refugio fijándome en la evolución de las vías y comencé la ronda de llamadas para convencer a algún amigo de que subiese hasta el refugio para escalar conmigo. Sepu subió el domingo y el lunes me convenció para ir al Cerro de los Huertos y abrir un par de nuevas vías. El martes fue el día elegido para Aurora. El despertador sonó a las 6 de la mañana en la zona libre del refugio, desayuno abundante y comenzamos la aproximación al Cuchillar. Llegamos a la Hoya Antón, algunas cascadas como Chachi falls están casi cubiertas de nieve, elegimos la opción más rápida; subir por el “Cristal de Sevres” hasta la base del muro central de la parte superior del Cuchillar de las Navajas. Como siempre que llego a este lugar la verticalidad de esa pared me impresiona y comienzan las dudas: ¿estará DSC04628-bajaformada esa vía?, ¿aquella placa tendrá suficiente hielo?, ¿ese diedro tendrá fisuras?. Mientras observamos las continuas purgas que el viento hace caer por “Aurora Boreal” decidimos acercarnos a la base de esta vía. Comienza la batalla, salgo de la reunión con todo el material en el arnés, no sé muy bien para que llevo tantos friends si apenas se ven fisuras. Supero un pequeño resalte, meto un par de tornillos que perforan el hielo con la simple presión de mi mano, les coloco unas cintas disipadoras que, principalmente, disipan el miedo de mi cabeza. Comienzo la travesía hacía la derecha, el hielo aguanta pero es fino, me pongo en la base del muro vertical y meto el alien azul y el verde. Subo unos metros más, busco más fisuras pero no las encuentro, el hielo es fino y acuoso, los tornillos no dan mucha confianza, a pesar de ello, coloco uno corto en una pequeña “coliflor” de hielo. Sigo subiendo, el hielo es más fino y el tornillo cada vez está más lejos -será mejor no caerse porque no creo que ese seguro aguantase- gano unos centimetros y pincho en la parte superior de los pequeños colmillos que cuelgan de la roca. Las coladas no paran de caer y constantemente me atrapa una nube de nieve polvo, recoloco los pies pinchando con suavidad en unas pequeñas estalactitas, subo un poco más y supero el tramo más vertical. Intento meter otro tornillo y no lo consigo, sigo escalando, lo intento de nuevo sin lograrlo, el hielo empieza a ser más abundante y eso me da confianza para continuar. La pendiente pierde inclinación, monto la reunión y aseguro a Sepu. Ambos descansamos y bebemos un poco de té caliente. Mi DSC04633-bajacompañero empieza el segundo largo que también tiene el hielo escaso. El viento no deja de enviarnos  nieve que se mete por todas partes e impide que podamos ver los siguientes metros de la escalada. Poco a poco Sepu va ganando metros hasta que se acaba la cuerda, rápidamente desmonto la reunión y empiezo a subir a medida que noto como mi compañero avanza. Llego a la zona más vertical y me doy cuenta de que Sepu se ha parado, menos mal porque si tengo que escalar ese muro en ensamble…. Cavo una pequeña repisa y espero a que las cuerdas se tensen. Pasan pocos minutos pero parecen horas, por fin Sepu ha montado la reunión y las cuerdas se tensan, sigo escalando, los primeros metros son dificiles, los supero y encaro los últimos resaltes de hielo. Un poco más arriba está mi compañero, llego a la reunión y sin perder un segundo continúo escalando hasta llegar a la cresta del Cuchillar evitando las enormes cornisas. Aseguro a Sepu que rápidamente llega hasta donde me encuentro. El sueño se ha cumplido, después de varios años esperando y observando esta vía, la he podido escalar. No me ha defraudado es tan bonita, espectacular y comprometida como me habían contado. Comenzamos el descenso, todavía necesitamos usar la cuerda en varias ocasiones y, para que no falta de nada, vemos romperse una placa de viento que desencadena un alud muy cerca del refugio.

Comimos algo, recogimos nuestro material y, acompañados de mi perra (Pirene), regresamos a Hoyos del Espino para celebrarlo.