La vida no para de sorprenderme. Primera, porque después de publicar cada entrada de este blog, puedo comprobar como hay un montón de amigos como Raúl, Nando, Bruno, Maijo y muchos otros que las leen y a los que agradezco infinitamente sus palabras de ánimo. Segunda, hace unas semanas acabé mi trabajo en los Alpes huyendo del mal tiempo que ya nos había regalado más de 40 cm de nieve en el macizo del Mont Blanc y regresé a España con intención de seguir trabajando y aprovechar para escalar en el Pirineo. Mientras tanto voy recibiendo unas misteriosas llamadas de un responsable de la Escuela de Montaña de Benasque (EMB). Tercera, para seguir sorprendiéndome a mi mismo, !me apetece pasar unos días en la playa! con mi familia.
Llego a Valencia y, después de la primera bofetada de calor al bajarme de la furgoneta, me pongo un bañador con unos 10 años de solera y me voy a la playa. Cuarta sorpresa, cuando era un niño pasaba horas y horas jugando con las olas del mar, ahora me doy un baño bastante breve, salgo, me seco y me dispongo a exprimir todos los juegos del repertorio playero familiar. El frisbi o platillo volador me dura unos 20 minutos, ya lo he tirado en todas las posiciones posibles y paso al anillo volador. Ante la fragilidad del aparato me veo obligado a devolverlo antes de cargármelo. Paso al boomerang asesino, tardo unos 30 minutos en conseguir que empiece a hacerme caso y regrese a mi cuando lo lanzo pero, en una de esas, toma vida propia y decide pasar muy cerca de la cabeza de mi abuelo que ni se entera y sigue en los brazos de morfeo gracias a los efectos de la valeriana. Por último cojo la cometa, mi tío, su propietario, se asusta y me advierte de que no es fácil. Me dura unas horas, consigo hacer ochos para un lado y para otro, soltar y recoger cuerda mientras sobrevuela las cabezas de los andarines playeros y, por último, sesión familiar de fotos y a por la obligada paella.
Quinta sorpresa, la más gorda, durante esta semana de vacaciones familiares decido aceptar la propuesta laboral de ese misterioso dirigente de la EMB. Esto significa que desde el día 6 de septiembre paso a ser el jefe de estudios de la EMB y me encargaré de impartir clases y coordinar los cursos de guías de alta montaña en Benasque. Esto supone aplazar, que no olvidar, un montón de proyectos en Gredos. Decido irme una semana al Circo de Gredos para despedirme de un montón de amigos y de otro montón de montañas, paredes, crestas, cabras, salamandras y diversas especies endémicas de esa Sierra como “el escalador de corazón alpino” este último en peligro grave de extinción. Durante esta semana tengo la oportunidad de comprobar la calidad de las nuevas aperturas realizadas este verano y, de paso, aprovecho para abrir “el diedro del Roco” y “la fisura del Isra”. Ambas dedicadas a dos de esos incondicionales amigos que siempre me esperan para regalarme un abrazo y una sonrisa sinceras. Esa es una de las razones que siempre harán que regrese a este entrañable lugar. Junto a las montañas en las que aprendí lo poco que sé sobre los deportes de montaña, siempre encontraré a mi segunda familia, amigos como Isra que tiene el corazón tan grande como su espalda, o como Oscar que sin abrir la boca es capaz de decírtelo todo, o Ãlvaro que siempre te espera con la mejor cena, Jorge que siempre hace su locura personal de levantarse a las 10 h para hacer un porteo con los caballos bajo el sol abrasador de julio y después te convence para ir a escalar, o todos los amigos del restaurante la Galana junto a los que tan buenas tardes, noches y madrugadas he pasado y por último Carlos, Carmen y el Ãngel de la guarda que últimamente les acompaña a escalar.
Con ellos he compartido algunos de los mejores momentos y, sobre todo, me han apoyado en los peores. Como en cualquier familia, hay momentos mejores y peores pero cuando de verdad los necesitas sabes que estarán apoyándote.
A todos ellos y, a muchos otr@s de los que no he hablado, gracias por vuestra amistad y nos vemos en Gredos!!!!