Víctor Riverola

Los niños y los Pirineos

Niños correteando por la montaña, algunos chillando y otros en silencio. Niños disfrutando de un juego en familia en un bosque frondoso, de cuento. Niños calmados pero muy ilusionados. Niños artistas, sentados en una piedra con un papel, una carpeta en las rodillas y unos cuantos rotuladores, preparados para pintar un paisaje de ensueño. Niños que disfrutan bañándose en un lago de montaña y otros que tiran bolas de nieve aprovechando los restos de algún nevero que se mantiene hasta bien entrado agosto. Niños con vértigo y niños que saltan riscos como cabras o marmotas. Niños que disfrutan en la nieve y comparten la comida en un albergue y otros que duermen en refugios y tiendas de campaña, como sus padres antes que ellos… La montaña es mágica, es única y nos ayuda a educar. La montaña y los niños forman desde hace años un binomio muy especial. Por un lado es una gran escuela, donde se pueden aprender valores que enriquecen a toda la familia, y por otro, la montaña es un gran estadio donde el niño puede desarrollarse física e intelectualmente debido a la cantidad de información que puede llegar a recibir durante una excursión o ascensión.

 

—Deja que corra, que disfrute del monte —decía el abuelo.

 —No pasa nada —decía el padre tranquilo.

  —El niño no es una oveja ni una marmota, ¿y si tropieza o molesta a  algún bicho? — decía la madre mientras perseguía al pequeño cerca del refugio de Les Oulettes de Gaube, en el Parque Nacional de los Pirineos (Francia).

 

Cada año, normalmente en verano, observamos varios espectáculos familiares dignos de ser admirados con calma. Si podemos, tomamos muchas notas, pues nunca es tarde para aprender algo nuevo para nuestros libros… Tras más de veinte años viajando sin parar (los últimos seis con niños) y tras la publicación de nuestro manual Montañismo con niños (Desnivel, 2012), tuvimos muy clara la idea y el mensaje que queríamos transmitir con esta guía. Para nosotros la montaña está llena de recuerdos familiares. Hay cumbres y valles que no se olvidan fácilmente y con el tiempo se han convertido en una parte de nuestra vida.

A nivel personal, recordamos perfectamente la primera vez que disfrutamos de una salida a la montaña en familia, más allá de un simple paseo. Con el paso de los años, los padres se convirtieron en abuelos y los hijos en padres… y los Pirineos y los Alpes volvieron a convertirse en el centro de nuestras actividades, llegando incluso a Escandinavia y los Montes Metalíferos, en la frontera checo-alemana. Recordamos como si fuera ayer las salidas en familia al Pirineo escuchando a Jason Donovan, Pet Shop Boys, U2, Simple Minds, Kylie Minogue o Rick Astley en el radiocasete de nuestro Renault 9, pasando por pistas de montaña que asustaban hasta a los 4×4 (en sus buenos tiempos, don Antonio Riverola conducía mucho mejor por montaña que por carretera). Una mención especial merece la primera visión panorámica del Midi d´Ossau. Fue el 2 de enero de1989, durante el transcurso de un viaje de esquí a Jaca y Astún.

Era la primera gran esquiada de varios días con los compañeros del colegio, y al subir hasta la Raca (2.290 m) en telesilla contemplamos como una elegante mole se levantaba hacia el norte, solitaria y dominante, cubierta por un manto blanco.

Al llegar la Semana Santa de 1989, volvimos a Jaca y a Astún y empezamos a recorrer el Parque Nacional de los Pirineos y disfrutamos del Midi D´Ossau muy de cerca. Antes de subir cuatromiles, pateamos muchos dosmiles y tresmiles pirenaicos, así como valles, bosques y muchos senderos, con repeticiones en familia que se han disfrutado mucho más, y es que practicar deportes de montaña en familia no solo une, sino que es mucho más agradecido y enriquecedor que hacerlo solo, aunque evidentemente respetamos todos los puntos de vista.

A través de las páginas de esta obra, somos muchos los profesionales que deseamos transmitir al lector no solo nuestra pasión por la montaña, sino también la magia que nos ofrecen las montañas que nos han visto crecer y que ahora ven crecer a nuevas generaciones de alpinistas y esquiadores. La tranquilidad de unos itinerarios panorámicos, asequibles a nivel familiar, y la magia de unos paisajes y un entorno natural que no les dejarán indiferentes. Junto a los itinerarios descritos, con su nivel de dificultad bien detallado, es nuestro deseo incluir algunos apuntes histórico-didácticos que ayuden a los padres a explicar detalles del entorno y la historia de algunas de las rutas, y que aporten un valor añadido al itinerario. Preparar una excursión en casa puede convertirse en una fascinante aventura antes incluso de pisar un camino o sendero. Dormir en un refugio, acampar o disfrutar de una noche en un albergue de montaña, y descubrir por la mañana a un rebaño de rebecos bebiendo en un riachuelo cercano es algo que no se enseña en una clase. Invitamos a nuestros lectores, sean padres, abuelos, primos, tíos, profesores o monitores de campamentos, a dejarse llevar por la magia de nuestros Pirineos, desde el Atlántico al Mediterráneo, descubriendo rincones fascinantes a través de una serie de itinerarios familiares que forman parte de nuestros recuerdos y experiencias personales.

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Víctor Riverola i Morera